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miércoles, 30 de julio de 2014

A LAS MUJERES


Hemos renunciado a los viejos privilegios que nos hacían dueños y señores de la manada.                                                                                                      
Hemos abandonado el grito, y las tablas de terracota que nos permitía legislar sobre  vuestros actos.
Hemos dejado de firmar permisos para que pudierais comerciar, manejar vuestras fortunas  y decidir por propia iniciativa.

Hemos cambiado la ley del látigo por la escoba, sin perder la virilidad, el mismos día que unos pocos nos unimos a las sufragistas.

                                                   
DAMA FLORENTINA (mixta con oro 70x50cm.)

Hemos ayudado a cambiar la sociedad porque al cabo de milenios, repudiando las leyes que heredamos de nuestros mayores, hemos confirmado que bondad y villanía, genero-sidad  y mezquindad, no es privilegio de los unos y las otros. Porque sois algo mas que máquinas de fornicar, algo más que  obtusas envueltas en encajes, y necias a las que los viejos cristianos les negaron  en un tiempo  hasta el alma.

Tratemos de convivir, de encajar las piezas, y aunque todavía el falso techo oculta a la bestia, todo se está haciendo. Vivimos una época sin fronteras,  aún se está realizando el cambio.  Todo será reconstruido. Debemos poner carteles direccionales, hasta que convivir  con respeto sea una costumbre habitual. 
Que fornicar no sea objeto de lapidación.
Nadie es dueño de nadie. 

Ya ha nacido la generación de la sana convivencia. Pero aún estamos en el parvulario.

Levantemos las tapas del cofre y respetemos cada intimidad e independencia,  que son, en definitiva, las unidades celulares de nuestra especie como seres inteligentes.