Cualquier momento de espera es un trozo de impaciencia que emerge desde las ascuas lentas del ahogo.
Esperar es desear que el tiempo acelere su pulso.
Sentir el salto de los minutos con agobiante lentitud.
Experimentar el lento paseo de lo cotidiano sobre las ruedas torcidas de la ansiedad.
La espera es pausa prolongada.
Puntos suspensivos del tiempo lento
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